La CMIR da comienzo a un extenso proceso de discernimiento sobre la pandemia del COVID-19

“¿Qué exige Dios de nosotros y de nosotras? Discernir, confesar y dar testimonio en este tiempo del COVID-19 y más allá”. El proceso de discernimiento de toda la comunión de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), dio comienzo con una reunión global en línea y un llamado a la acción profética.

“Nos reunimos hoy para pensar juntos y juntas, ‘¿Qué exige el Señor de nosotros y de nosotras?’ Nos reunimos para afirmar nuestro constante peregrinaje hacia la justicia”, expresó Najla Kassab, presidenta de la CMIR. “Este es un momento de kairótico, en el que estamos llamados y llamadas a actuar y a luchar para sanar al mundo de las injusticias que perduran y que ni siquiera la vacuna curará. Es nuestro meta buscar nuevas maneras de fortalecer la Comunión y de transformar el mundo, soñando con nuevas alternativas y nuevas visiones de una realidad sostenida en la justicia”.

“Esta conferencia nos aborda como personas cristianas reformadas en la situación en la que nos encontramos. Estamos en un tiempo entre tiempos. Queremos re-imaginar nuestro mundo e incluso re-imaginar cómo ser iglesia en estos tiempos del COVID-19”, manifestó Lungile Mpetsheni, moderador del Grupo de Trabajo del COVID-19 y Más Allá.

“La desigualdad global no solo está creciendo, sin que se encuentra sorprendentemente arraigada y fuera de control”, dijo Allan Boesak, en sus comentarios antes de presentar un borrador de declaración. «¿Puede la iglesia sentir, discernir y actuar en este momento kairos en el que Dios y la historia nos han puesto?»

El documento de trabajo, que fue compartido en la sesión también por Jennifer Leath y Rathnakara Sadananda, será discutido y perfeccionado a lo largo del proceso de discernimiento y dice en una de sus secciones:

[La Confesión de Accra] está deliberadamente en línea con la Confesión de Belhar. Pero, ¿estamos listos y listas para mostrar la diferencia entre una iglesia confesante y una iglesia con confesión? Para Belhar eso significa «que la iglesia está llamada a estar donde Dios está: es decir, con las personas pobres y oprimidas, y contra todas y cada una de las formas de injusticia». Estar con ellas significa estar junta a ellas en su lucha contra la injusticia y por la dignidad y la vida. El empoderamiento espiritual, el estímulo y el consuelo siguen siendo un hecho, pero ofrecer “pensamientos y oraciones” es algo para políticos sin imaginación que se han quedado sin otros clichés. Deberíamos encontrar maneras de sumarnos a la revolución.

De la conferencia en línea, que ofreció voces desde los cinco continentes, participaron a través de la plataforma Zoom un grupo central y cientos de personas más asistieron a la transmisión multilingüe en vivo de la conferencia. El grupo central continuará reuniéndose durante los próximos nueve meses en sesiones más pequeñas de “intercambio” y de “discernimiento”, vinculando grupos focales con representantes regionales.

También se llevarán a cabo cuatro plenarios temáticos más grandes abiertos a la participación pública, siguiendo el año litúrgico y enfocados desde el plan estratégico de la CMIR:

  • Círculo de discernimiento (Adviento y Epifanía): enero
  • Círculo de confesión (Cuaresma y Pascua): 24 de marzo
  • Círculo de testimonio (Pentecostés): 9 de junio
  • Círculo sobre ser continuamente reformados/as (tiempo ordinario): 4 de agosto

Cada plenario temático, cada uno de los cuales se transmitirá en vivo, orientará las sesiones posteriores de intercambio y de discernimiento, y todas ellas desembocarán en una conferencia presencial más adelante en 2021 (si las condiciones lo hacen posible).

“Este proceso requiere de nosotros y de nosotras un compromiso teológica y bíblicamente fundamentado, que apele a las realidades globales, regionales, nacionales y locales”, expuso Chris Ferguson, secretario general de la CMIR. “Debemos reconocer la interconexión entre lo local y lo global. No existe una realidad local que no se vea afectada y moldeada por el orden mundial global. Y no existe una realidad global que no se construya a través de y con las comunidades y los recursos locales”.

Un tiempo devocional coordinado por Peter Cruchley dio inicio a la sesión inaugural. Contó para esto con la colaboración de Jannet Tabe (Camerún), Vitalino Similox Salazar (Guatemala), Kakay Pamaran (Filipinas), Seforosa Carroll (Fiji) e Yvette Noble Bloomfield (Islas Caimán).

En una sección para compartir, se presentaron las contribuciones de cuatro personas sobre temas específicos:

  1. La confrontación con el dolor y la muerte: J. Herbert Nelson (Estados Unidos): “Hay que poner en relieve el tema moral: las personas por sobre el dinero, las personas por sobre la riqueza exorbitante, las personas por sobre la impaciencia para superar esto. Elegir a las personas por sobre el dinero, elegir la vida sobre la muerte».
  2. La confrontación con el colapso de la comunión y la vida eclesial: Dimitris Boukis (Grecia): “Este se ha transformado en un tiempo de reexaminación de nuestra identidad teológica y de nuestras prioridades ministeriales. Todo el problema de la pandemia nos hizo involucrarnos en nuevas formas de compartir el Evangelio en palabra y en hechos”.
  3. La confrontación con la marginación y la exclusión: Bisan Mitri (Palestina / Israel): “Los puestos de control siguen intactos, las restricciones de movimiento, aunque esas medidas dejarán de existir en otras pares cuando superemos la pandemia, seguirán siendo parte de nuestra vida diaria aquí aun después de ella».
  4. La confrontación con las estructuras endurecidas de la injusticia: Gloria Ulloa (Colombia): “Todo este panorama de injusticias parece quebrar nuestra esperanza como humanidad. Nosotras y nosotros en Colombia seguimos afirmando que debemos buscar la paz y seguirla. Llamamos a nuestra iglesia, llamamos a nuestra comunión, a discernir cómo todas estas manifestaciones de injusticia son contrarias a la voluntad de Dios, y apelamos a seguir trabajando por la reconciliación. Dios nos llama a ser una voz profética de esperanza y de paz”.

En respuesta a las presentaciones, Paulo Junior (Brasil) dijo: “Estoy convencido de que debemos tomar partido en la revolución como una comunidad de fe confesante, preguntándonos, ‘¿cómo podemos acompañar esperanzadamente el camino de las personas oprimidas?’?”

“Se nos ha vuelto difícil comprender la injusticia, que se ha convertido en algo normal. Nuestro mundo se ha transformado en una lucha ciega por Mammon. ¿Cómo podemos unirnos a una nueva visión escandalosa de nuestro mundo?», preguntó Victoria Turner (Reino Unido).

“Es en este contexto es que existe un Cristo que se identifica y elige a las personas más vulnerables de la sociedad. Y, de hecho, debería ser este mismo Cristo quien nos ha llamado a imitarlo, a estar del lado de las personas más vulnerables, de las más afectadas por esta pandemia”, manifestó Rothney Tshaka (Sudáfrica) al debatir cómo la CMIR podría entrar en un processus confessionis.

“En el Salmo 11:3, ante una crisis aparentemente insuperable, el salmista se pregunta: “Y cuando las bases mismas se vienen abajo, ¿qué puede hacer la persona honrada?”, compartió Ferguson. “Como koinonia global llamada a la comunión y comprometida con la justicia, ¿de qué modo específico somos llamados y llamadas a ser una comunión en estos tiempos que han devastado todos los cimientos? Discernir, confesar, dar testimonio y seguir reformándonos mutuamente. Verbos en tiempo presente. Verbos que encarnan lo que estamos llamados y llamadas a hacer como familia global, como grupos regionales y como iglesias miembros: una comunidad reformada que se reforma constantemente conforma a la palabra de Dios”.

La sesión inaugural puede encontrarse en línea:

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