Kassab: las iglesias protestantes son esenciales para Oriente Medio

Incluso en medio de una terrible guerra civil, la iglesia cristiana en Siria se mantiene fuerte y se encuentra comprometida con el cuidado de las personas que han sido afectadas por el conflicto, manifestó la presidenta de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, Najla Kassab, durante la conferencia Stob, concluyendo la serie de Conferencias de enero de la Universidad Calvin de este año.

Kassab señaló que fue en la Universidad Calvin, en Grand Rapids, Michigan, EE. UU., donde se dio inició a la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas en 2010. Y desde entonces ha estado involucrada en la tarea de la CMIR, de la que fue electa presidenta en 2017.

«Aquí es donde comenzó nuestro peregrinaje», expresó. «La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas es el espacio donde 100 millones de miembros de más de 200 iglesias de todo el mundo se encuentran para hablar sobre la justicia».

Como presidente de la CMIR, Kassab viaja internacionalmente para reuniones y conferencias. Najla and church leaders En esta ocasión, en el Calvin, centró su ponencia en la Iglesia Reformada en Medio Oriente, especialmente en relación con El Líbano y Siria.

«En los últimos años, especialmente en Siria, ha habido mucho dolor y pérdida. Y el desafío de la iglesia es estar presente en medio de ese dolor».

«Las iglesias allí están abriendo sus puertas y ayudando a las personas necesitadas», dijo Kassab, una de las primeras mujeres ordenadas en el Sínodo Evangélico Nacional de Siria y El Líbano.

También dijo que la cantidad de personas cristianas es cada vez menor en Siria, cayendo de aproximadamente un millón antes de la guerra a unos 400,000 en la actualidad. «Pero creo que la iglesia es más fuerte que antes de la guerra. Creo que el compromiso de la iglesia en esa área está creciendo», aseveró Kassab.

Kassab esbozó una historia de las iglesias reformadas en el Medio Oriente, detallando los avances que este pequeño grupo de iglesias ha realizado en educación, servicios sociales e impulsando el rol de la mujer. Los misioneros presbiterianos dieron inicio a la Universidad Americana de Beirut, una de las primeras universidades en El Líbano, a mediados del siglo XIX. Más adelante, un hospital y un orfanato se vincularon a la escuela.

«Esta universidad ha ayudado a dar forma a nuestro legado y muestra el impacto que una iglesia minoritaria como la nuestra puede tener en una nación», dijo.

También a mediados de la década de 1880, los misioneros comenzaron el Colegio Protestante Americano para niñas, que ayudó a romper los estereotipos y las restricciones sobre la vida de las mujeres.

«La educación ha ayudado a empoderar y a elevar el estatus de la mujer. Ha llevado a la liberación de las mujeres en Medio Oriente y les ha permitido utilizar sus capacidades y realizar un buen aporte en la sociedad», afirmó Kassab. «Esto nos ha ayudado a experimentar la justicia y el amor de Dios. Mi presencia aquí es el resultado de ese proceso».

Kassab obtuvo su licenciatura en educación cristiana en la Escuela de Teología del Cercano Oriente en 1987 y su maestría en divinidades en el Seminario Teológico de Princeton en 1990. En 1993 recibió la primera licencia para predicar concedida a una mujer por el Sínodo Evangélico Nacional de Siria y El Líbano, y en marzo de 2017 se convirtió en la segunda mujer en ser ordenada ministra por el Sínodo.

«Mi iglesia ha ayudado a abrir el camino» y ha servido como ejemplo e inspiración para otras iglesias protestantes, dijo. Kassab también atribuyó a las iglesias protestantes el desarrollo de programas de distribución de literatura, los cuales desempeñaron un papel clave en la educación y en la traducción de la Biblia y otros materiales a varios idiomas del Medio Oriente.

Además, las iglesias protestantes han tenido un papel muy valioso en el movimiento ecuménico. «Hemos recibido el llamado a abrirnos a otras iglesias y a trabajar de un modo más estrecho, en unidad. Esta es una manera muy concreta de vivir el amor de Cristo».

Un modo muy valioso en que la iglesia ha estado presente ha sido a través de la educación primaria, especialmente durante este período de conflicto a lo largo de la frontera libanesa, donde aproximadamente 1.5 millones de personas refugiadas de la guerra en Siria viven en pequeños campamentos y comunidades improvisadas.

«A menudo las personas no se sienten cómodas yendo a la iglesia, pero si asistirán a nuestras escuelas», dijo Kassab en una sesión de preguntas y respuestas en el Seminario Calvin después de su conferencia. «Las escuelas son lugares donde podemos recibir estudiantes cristianos/as y musulmanes/as juntos/as y construir puentes».

Najla Kassab

Los padres y las madres quieren a sus hijos e hijas en estas escuelas, que a menudo ofrecen a los niños y niñas un respiro de los rigores de vivir en un campo para personas refugiadas. En la escuela se proporciona alimenta, se colabora con la higiene y, en algunas ocasiones, se les permite quedarse por períodos para evitar problemas en los campamentos.

«Hay muchísimas necesidades. Ayudamos a las personas a continuar sobreviviendo», afirmó Kassab, cuyo ministerio a lo largo de los años se ha dedicado a trabajar con mujeres y niños y niñas. «No puedes cerrar las puertas a las personas refugiadas y decir que eres una iglesia».

Sus palabras sobre el rol de la iglesia contribuyen a contar la historia más amplia de El Líbano, que al comienzo tenía reparos en aceptar a tantas personas refugiadas. Y si bien las tensiones persisten, eso ha cambiado desde que se pusieron de manifiesto los horrores dentro de la guerra civil siria.

«Abrimos escuelas para cuidar a los niños y a las niñas. Son la esperanza para el futuro. Pero al final del día, se te parte el corazón al verlos regresar al campamento», compartió Kassab.

Mirando hacia el futuro, manifestó que la iglesia debe desempeñar un rol importante para contribuir a la sanación y a la reconciliación una vez que la guerra finalmente termine y muchas personas refugiadas retornen a sus hogares en Siria. Será de mucha importancia la construcción de puentes entre personas de fe.

«Necesitamos alentar un diálogo de vida», dijo Kassab. “Hay riqueza cuando crecemos con otras religiones. Las personas musulmanas también son hijas de Dios».

Señaló cómo, incluso en medio de las ruinas de la guerra, jóvenes cristianos y musulmanes compartieron una vez un animado partido de fútbol mientras la gente miraba y vitoreaba.

En la región donde comenzaron el judaísmo, el cristianismo y el islam, la iglesia debe confiar en su mensaje fundamental de amor. Aun cuando las guerras continúan, es posible mantener la esperanza si colocamos a Dios en primer lugar, dijo.

«Necesitamos retener los aspectos más moderados de la religión», dijo Kassab. «Cuanto más se fomenta la violencia, más nos atascamos con actitudes radicalizadas basadas en el miedo».

La serie de conferencias Stob lleva ese nombre en memoria del Dr. Henry J. Stob, fallecido en 1996 y que fue profesor de la Universidad Calvin y del Seminario Teológico Calvin. El tema de la serie de conferencias está relacionado con los campos de la ética, la apologética y la teología filosófica.

Desde 2017, la conferencia Stob se ha incorporado a la serie de conferencias de enero, completando la serie de presentaciones de un mes de duración que se enfocan en una variedad de temas actuales. Este año, esos temas incluyeron la historia de la adopción por parte de un escritor deportivo de una niña de Haití, una mirada a las formas en que las redes sociales afectan a los y las jóvenes y un llamado para atender la necesidad de agua limpia en todo el mundo.

Kassab también participó en el Simposio de culto cristiano del Calvin, se reunió con líderes de la Iglesia Cristiana Reformada en América del Norte (ICR) y de la Iglesia Reformada en América (IRA), ambas miembros de la CMIR. También programaba participar en un servicio dominical conjunto de adoración de la ICR y las IRA.

Imágenes cortesía de Calvin University y Calvin College. Chris Meehan, Comunicación de la ICR, redactó en artículo original.

Comments are closed.