La Década por la Justicia Climática comienza con un llamado a buscar una eco-espiritualidad justa

Con un llamado a escuchar a todo aquello que es marginado, incluida toda la creación de Dios, fue presentado el tema central de un seminario web que dio inicio a la Década por la Justicia Climática de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR).

«Consideramos que la crisis económica y la crisis ecológica están interrelacionadas. Para encontrar alternativas debemos aprender de las personas marginadas y de la Tierra, que también está marginada en nuestro sistema actual», expresó Philip Vinod Peacock, responsable de justicia y testimonio de la CMIR.

Helen Chukka, profesora adjunta de Biblia hebrea en el Seminario de Wartburg, enfocó su presentación en el Libro de Job, diciendo que: «Job insta a sus amigos -y a nosotros y nosotras- a extraer enseñanzas tanto de sí mismo como de las criaturas de la tierra. Job enfatiza que estas criaturas existían antes que los seres humanos, pero que ahora están sufriendo. Las presenta como narradoras capaces de hablar por sí mismas.

«El libro se enfoca en temas que hacen a la justicia y a sus manifestaciones. Destaca las luchas y los sufrimientos de las criaturas marginadas, animando a quienes leen a reflexionar sobre su difícil situación», manifestó haciendo concreta mención de Job 12:7-10:

“Pero interroga a los animales,
y ellos te darán una lección;
pregunta a las aves del cielo,
y ellas te lo contarán;
habla con la tierra, y ella te enseñará;
con los peces del mar, y te lo harán saber.
¿Quién de todos ellos no sabe
que la mano del Señor ha hecho todo esto?
En sus manos está la vida de todo ser vivo,
y el hálito que anima a todo ser humano.” (NVI)

«Sin embargo, la cosmovisión dominante hoy en día, que está en la base de las interpretaciones dominantes dentro del cristianismo, es una cosmovisión desordenada en la que vemos a los seres humanos como divorciados y superiores al resto del mundo natural», afirmó Jessica Hetherington, eco-teóloga y pastora ordenada de la Iglesia Unida de Canadá.

«Cuando las personas nos vemos como separadas y superiores al mundo natural que nos rodea, negamos la realidad científica de la evolución y la forma en que los seres humanos han surgido en una red increíblemente compleja, interconectada e interdependiente de todo cuanto existe. Además, estaríamos negamos que Dios creó toda la creación, toda ella, por medio del motor de la evolución. Y Dios dijo que esa creación era buena, tal como afirmamos en nuestro primer relato de la creación», expresó.

«Necesitamos desarrollar una eco-espiritualidad que intente alcanzar una mayor conciencia acerca de las formas en que estamos en comunidad con toda la vida y con todo lo que la sostiene aquí en la Tierra. Tenemos que ser cada vez más conscientes de los daños que hemos causado a la Tierra, sobre todo a partir de la crisis climática, y ser capaces de escuchar los gritos de la comunidad de la Tierra», dijo. «Y tenemos que avanzar hacia una eco-espiritualidad justa, que encuentre sus raíces en Dios. Tenemos que ayudarnos a escuchar el llamado de Dios al discipulado en nuestras vidas y estimularnos a la acción, para que podamos utilizar todo nuestro tiempo, nuestros talentos y tesoros en la justicia climática radical y transformadora que necesitamos ahora, hoy mismo».

La crisis climática «no es un accidente, sino una consecuencia de la incapacidad de la humanidad para escuchar los gemidos de la creación por causa del deseo de un mayor control y consumo de los recursos terrestres», aseveró Eve Rebecca Parker, profesora de teología moderna en la Universidad de Manchester. «Es una crisis de abuso, no sólo de la tierra, sino de las personas trabajadoras, de la niñez, de las comunidades indígenas.”

«Quiero sugerir que lo que necesitamos es una respuesta teológica políticamente cargada de ira y de lamento», propuso. «Se trata de reconocer la necesidad de expresar el enojo y el lamento por las realidades de la crisis climática, porque como personas cristianas se nos enseña a lamentarnos por las injusticias de la tierra, tal y como nos enseñan los lamentos bíblicos, y a nombrar aquello que está mal, a nombrar los males y a resistirnos a ellos para expresar, desde allí, una esperanza escatológica, dando testimonio de aquello que no debería ser y, por ende, de lo que sí debería ser, y de lo que será, conforme a las promesas de Dios».

Jessica Bwali, asociada para las campañas globales de Tearfund, hablando como parte de la juventud marginada, expresó: «Personas adultas, gente en el poder: dejen que las personas jóvenes se sienten a la mesa y escúchenlas. Dejen que aporten las ideas que tienen. Puede que no sean tan pulidas ni tan realistas, pero ahí es donde entra en juego la experiencia en el liderazgo: esa es la dirección que podemos tomar. Si podemos combinar nuestras generaciones, podremos proteger nuestro medio ambiente».

«¿De qué otro modo pueden participar las personas jóvenes?», se preguntó. «Haciendo oír su voz. Uno de los mayores activos que tienen las personas jóvenes en la lucha contra el cambio climático es la capacidad de hacerse oír a escala mundial. ¡Aplica tus intereses a la lucha climática: actúa a través de las cosas que te gustan!».

«La Década por la Justicia Climática es un concepto que propone la división justa, el reparto justo y la distribución equitativa de las consecuencias del cambio climático, sus mitigaciones y sus responsabilidades», expuso Hefin Jones, profesor titular de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Cardiff y moderador del seminario web, cuyo tema era «Aprendiendo de la Tierra, dando testimonio de la justicia climática».

El seminario web con que se presentó la Década por la Justicia Climática tuvo lugar el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente. El Otto per Mille apoya con fondos esta iniciativa.

Acceder al webinar completo (en inglés):

Imagen: Aunque para Manila este vertedero se encuentra oficialmente cerrado, «Smokey Mountain» sigue siendo un recurso para quienes hurgan en la basura, extrayendo objetos de valor del montón de basura aún humeante (foto cortesía de: Life on Earth/Paul Jeffrey).

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