Nueva integrante del personal fortalece la justicia de género

El compromiso de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) con la igualdad de género en las iglesias se ha fortalecido de un modo significativo a partir de la incorporación de una nueva coordinadora del programa de justicia de género.

«Es fundamental que las mujeres asuman posiciones de liderazgo en las iglesias. Esto posibilita una representación más completa e inclusiva de la imagen de Dios, liberándonos de la noción de un Dios únicamente masculino», expresó Min-Woo Oh, pastora ordenada de la Iglesia Presbiteriana de Corea (PCK, por sus siglas en ingles), quien a principios de junio se unió al personal de la CMIR.

«Que las mujeres ocupen posiciones de liderazgo en la iglesia implica un cambio transformador que se aleja del paradigma tradicional, patriarcal y dominante, promoviendo un cambio hacia el ‘poder con’ en lugar del ‘poder sobre’. Expresa de un modo visible la encarnación completa del mundo de Dios, trascendiendo las desigualdades basadas en el género», afirmó. «Asumir el liderazgo de la mujer dentro de la iglesia se convierte en un punto en el que se cruzan el poder y la justicia. Implica una práctica religiosa de liberación de la marginación y de la supresión, que en última instancia conduce a la realización de la justicia que promueve la vida abundante.»

La tarea de Oh se enfocará en cinco áreas:

  • Abordar la ordenación de las mujeres: «Uno de los principales enfoques es promover la adopción de la ordenación de las mujeres al interior de la Comunión. Esto implica comprender los contextos particulares y los desafíos que enfrentan las iglesias miembros que aún no ordenan mujeres y desarrollar planes estratégicos adaptados a las necesidades específicas de cada iglesia», manifestó.
  • Incidir por la justicia de género: «Promoviendo la igualdad y la equidad de género en los procesos de toma de decisiones, en el desarrollo de políticas y en las operatorias en general, podemos garantizar que la CMIR funcione en consonancia con los principios de justicia e inclusión», afirmó.
  • Abordar las nuevas cuestiones de justicia de género: «Prestando atención a la evolución de los desafíos que enfrentan las mujeres y los géneros marginados, podemos adaptar y formular nuevas agendas que aborden estos temas de un modo eficaz dentro de la CMIR y en sus iglesias miembros», continuó.
  • Fomentar el trabajo colaborativo y en red: «Crearemos una plataforma colectiva para el intercambio de conocimientos, recursos e iniciativas colaborativas destinadas a promover la justicia de género dentro del movimiento ecuménico más amplio», añadió.
  • Fortalecer la solidaridad: «A partir del compromiso activo y del apoyo a otras organizaciones y personas que trabajan por la justicia de género, podemos crear un frente unificado y amplificar nuestro impacto colectivo», concluyó.

La tarea de Oh responde a las decisiones tomadas por la Asamblea General de 2017, que adoptó una Declaración de Fe sobre la Ordenación de Mujeres y ordenó a la Comunión que desarrollara una Política de Justicia de Género, que su Comité Ejecutivo adoptó en el año 2021.

Oh es licenciada en Ciencias por la Universidad de Keimyung, tiene un máster en Divinidades y otro en Ética Cristiana por el Seminario Teológico y la Universidad de Youngnam, así como un doctorado en Teología Sistemática por la Universidad de Kwazulu-natal, en Sudáfrica, enfocado en la intersección de la militarización, el imperio y las perspectivas teológicas ecofeministas. Ha colaborado con el Centro de Estudios Ecuménicos como investigadora y vicedirectora, participó en un programa de intercambio misionero con el Presbiterio de Saskatchewan de la Iglesia Presbiteriana de Canadá y es delegada de la PCK en el Consejo para la Misión Mundial (CWM, por sus siglas en ingles).

De hecho, es a través del programa Compañerismo en la Misión del CWM que Oh se ha sumado al personal de la CMIR. «El CWM desempeña un rol esencial a la hora de fomentar las asociaciones y facilitar el intercambio de recursos y el apoyo entre las iglesias miembros y las organizaciones ecuménicas», afirmó Oh.

«Lo bello de las asociaciones ecuménicas radica en su capacidad para trascender las divisiones, permitiendo un trabajo conjunto en favor de virtudes comunes para hacer florecer la vida de las iglesias y del mundo. A la luz de esto, espero que la colaboración entre el CMM y la CMIR a partir de mi tarea sea decisiva y sirva de puente en la construcción de iglesias reformadas y transformadas», afirmó.

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